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Disclaimer: "Los personajes no son míos pertenecen a Joss Whedon, Mutant Enemy, la W.B, UPN y FOX, o quien sea que tenga ahora sus derechos, y sólo los uso para contar esta historia. La cual si me pertenece, y por la que no persigo ningún fin comercial".
Notas: Es un fic de esos en los que como dice Demonio no pasa nada, pero la culpa de que lo escribiera fue de ella, yo habia imaginado una escena mucho más romántica, a la luz de la luna en una playa solitaria, con sus cuerpos enredados, tumbados en la orilla, absortos mientras las olas mecían sus caricias (por suerte esa escena la ha escrito maravillosamente bien mi querida Adicta, digo por suerte, porque ella escribe infinitamente mejor que yo, y a la que una vez más agradezco esa mirada con cariño que siempre le da a mis tonterias. Gracias hermosa por tu ayuda y ánimo), pero entonces leí ese maravilloso fic de vacaciones en Venecia y ya la imaginación se desató. Le pido perdón por robarle un par de ideas, como el apartamento de cierto vampiro jajaja, o esa pareja imposible pero que ya es canon, no puedo imaginar a Xander con nadie mejor. Pero sobre todo por esas vacaciones, esos bañadores imposibles marcando la anatomia de ciertos vampiros, GRACIAS hermosa por dejarme utilizar ese capítulo como referencia, es que seguro que fue así, no pudo ser de ningún otro modo. Un besazo y perdón por el atraco. Para tí.
Una escapada
No sabía muy bien como había llegado hasta alli, había luchado con todas sus fuerzas, se habia resistido con todos los argumentos que se le habían ocurrido, había protestado, pataleado, había hecho pucheros (que normalmente le daban un gran resultado) y todo había sido inútil. Y ahora enmedio de aquella habitación decorada con estilo minimalista, todo en su lugar, ordenado hasta aburrir, todo tan sobrio, tan limpio. aún se preguntaba que puñetas hacía él alli. Con lo bien que estaban en su casa, en su desván entre sus viejos discos, rodeado de sus cosas, cerca del cementerio, paseando entre las lápidas, aspirando el aire fresco de aquella pequeña ciudad a la que se habían trasladado después de que se hundiera la Hellmooth,...... Dios, que persistente podía ser, que bien sabía camelarlo y convencerlo para que hiciera justo lo que no quería. Cómo narices habían acabado en Malibú, en el apartamento de la playa de Angel. Una y mil veces le había dicho que no, que no quería ir, que era absurdo, que él era un vampiro, y no necesitaba unas vacaciones, y menos unas vacaciones en la playa, y para más inri en el apartamento de aquel vampiro soso y aburrido que siempre le mira por encima del hombro. Aún ahora, seguía mirándole con aquellos ojos penetrantes, intentando ver dentro de él, intentando decirle tal vez lo que nunca le dijo.
Estaba realmente irritado, molesto por tener que estar alli, porque no contenta con llevarlo a ese horrible lugar lleno de gente, de sol, de arena y de turistas, había acabado arrastrándolos a todos. A TODOS, joder como si no fuera suficiente aguantarlos en casa, Sólo faltaba que aparecieran Xander y Harmony, que habían amenazado con ir en cuanto acabaran no se que asunto, que por supuesto a él le traia sin cuidado, Se sentía descolocado, y rídiculo, Aún podía ver la cara de la dependienta cuando habían ido a buscar un bañador, porque ella se había empeñado en ir a comprar uno para él. Podía ver sus ojos clavados en su cuerpo, tan blanco, tan transparente, le miraba incrédula, como si fuera imposible que alguien tan sumamente blanco pretendiera ir a la playa, y no le faltaba razón. y lo incomodo que se había sentido cuando salío del probador con aquella cosa minúscula y apretada que lo marcaba todo, TODO y no escondía nada, se habia sentido desnudo, desprotegido, y ellas mirándole, sin poder apartar los ojos, asombradas, Había recordado la última vez que se había tenido que poner un traje de baño, aún recordaba aquella vez que Darla también se había empeñado en ir de vacaciones, nada menos que a Venecia, recordaba lo ridículo que se había sentido, con aquel bañador, que si bien no era minúsculo como este, marcaba cada centímetro de su anatomia, y la burla de Angel, y sus negativas, y lo que habían peleado para que él se pusiera el suyo. dios, cuanto habia pasado desde entonces, cuanto habia cambiado su vida, y el mundo.
Y ahora estaba en medio de aquel enorme salón temiendo manchar algo. Angel seguía teniendo el mismo mal gusto de siempre y su sentido de la decoración era nulo-pensó.
Estaba sólo, por suerte, Buffy se los habia llevado a todos a la playa, Willow con aquel extraño sombrerito de paja y su vestido de flores, Dawn, toda emocionada por si se encontraba algún actor famoso, Giles pretendiendo que no quería ir, se había echo de rogar, hasta que Buffy se lo había llevado a empujones.
Suerte que Angel se habia excusado alegando que tenía tanto trabajo que se quedaría en su casa de L.A. y que por tanto no podría visitarlos, sólo le faltaba ver sus ojos burlones, y ni pensar que remotamente pudiera pillarlo con aquella maldita cosa puesta. Empezó a pensar en donde esconderlo y decirle a Buffy que seguramente se lo habían dejado en casa, tal vez así se librara de tener que bajar a la playa esa noche. Maldita sea, él era ya muy mayor para ir de acampada nocturna a la playa. Si hasta habían comprado una ridícula cesta de esas de camping y una neverita. Por lo menos esperaba que hubieran comprado bastantes cervezas.
No se atrevía a tocar nada, pero por otro lado se aburria como una ostra. Así decidió investigar por el apartamento, tal vez encontrara alguna cosa con la que fastidiar a Angel, eso al menos le compensaría un poco de aquella ridícula excursión. Después de dar vueltas por todas las habitaciones y husmear por todos los armarios, lo que le había servido para reafirmar sus convicciones en cuanto al gusto de Angel, - vaya ropa más hortera tenía- decidió buscar en la cocina algo que comer,igual tenía en la nevera alguna reserva de sangre de calidad, o por lo menos un buen bourbon en la despensa. O unas galletas, o aros de cebolla, o lo que fuera, porque seguro que nadie se había preocupado de dejarle algo, sentía punzadas de hambre, y habían prometido (cosa que agradecía infinitamente) no volver hasta después de comer. Cuando llegó a la cocina, se encontró para su sorpresa con una nota de Buffy que le explicaba que le había dejado unas deliciosas alitas de pollo y aros de cebolla dentro del microondas y una bolsa con sangre en la nevera. Se ruborizó, al recordar lo que acababa de blasfemar pensando que nadie se habia acordado de él, asi que cogió las provisiones y decidió devorarlas inmediatamente, porque en un rato empezaba la telenovela y no iba a perder la oportunidad de verla en la macrotele de ultima generación de Angel, espachurrado en su supersofa de lujosa piel. Se bebió la sangre casi sin respirar, JODER..... estaba buenísima, y él hambriento. Luego en una especie de bandeja puso las alitas de pollo, los aritos de cebolla y una cerveza que encontró en la nevera. Se fué al salón y se aposentó comodamente en aquel super sofa dispuesto a devorar sus manjares mientras veía su serial favorito.Una vez acabó el serial, y viendo que el tiempo apuraba pensó en esconder aquel maldito bañador, llegada la noche no podrían comprar otro y podria librarse de bajar a la playa, sólo de pensar en compartir esa velada con Xander alrededor de una ridicula hoguerita se le disparaba su peor demonio.
La verdad es que no había muchos sitios dónde esconderlo, bueno, tal vez si lo metia en aquel jarrón chino tan raro y probablemente tan caro que adornaba la entrada nadie se percataría y el tendría la escusa perfecta par quedarse en el apartamento, o para irse a dar una vuelta, seguro que encontraba algún buen garito donde tomarse unas copas y olvidar esa maldita pesadilla llamada vacaciones.
Una vez escondido, se sentía como un niño travieso, una sonrisa picara le delataba, pensando la cara de Buffy cuando le comunicara que no podía ir con ellos, así que todo satisfecho, se dejó caer en la inmensa cama del dormitorio, mullida, confortable, y antes de que pudiera siquiera pensar estaba profundamente dormido.
Despertó de un sobresalto, notó una presencia, y dando un salto de la cama se puso en pie tan rápido que casi se cae, somnoliento y desorientado percibió una sombra, rápido se giró agarrando el brazo de su supuesto atacante, que le placó sin problemas y con un golpe seco, le dejó sin aliento. Dolorido, ofuscado, aún aturdido por el sueño, percibió el perfil de aquella silueta tan conocida, tan amada, tan deseada, que le miraba entre sorprendida y enfadada. Buffy habia vuelto, bueno en realidad todos habian vuelto, por lo que dedujo que debía ser tarde ya. Y bien- le preguntó- Dios, Buffy pensé que un Demonio me atacaba, me sorprendiste- le contestó. Y rápidamente la cogió por la cintura y la acercó a él antes de que pudiera protestar, callándola con un beso cálido y sensual. Buffy se relajó, la tensión desapareció de sus musculos, se dejó llevar por ese momento, devolviendole el beso. Un carraspeo, les hizo percatarse de que Giles se limpiaba nerviosamente las gafas. Siempre tan oportuno el vigilante.
Les comunicó que habia que preparar muchas cosas y que su ayuda sería muy apreciada, así que el momento de romanticismo acabó casi antes de empezar. Buffy fue rapidamente a la cocina a preparar las provisiones con Willow, y Dawn, mientras Spike se hacia el remolon y revoloteaba alrededor de ellas, picando un bocado aquí, o allá, interrumpiendolas, revisando lo que iban metiendo en aquella cesta tan ridicula como enorme, desde luego hambre no iban a pasar. En cuanto pudo se escabulló de la cocina, Xander acababa de entrar seguido de Harmony- dios vaya pareja- pensó. Harmony y el se miraron, siempre se sentía incómodo, cuando coincidía con ellos, y no porque le importara en absoluto que fueran pareja, de echo para él era un gran consuelo que ella estuviera siempre colgada de su cuchipú (la pobre seguía teniendo la mala costumbre de poner ridículos nombres a sus novios), aguantarla hubiera sido insufrible. Pero le resultaba extraño e incomodo compartir con ella momentos tan cotidianos, como si todos fueran una gran familia, y no digamos ya aguantar el paverío de la parejita.
Sin que nadie le viera se escabulló a la terraza, sin duda lo mejor del apartamento, espaciosa, con unos grandes macetones, que evitaban las miradas indiscretas y con un sofá de esos de mimbre comodísimo y llenos de cojines. Encendió un cigarrillo y aspiró el aire del mar. Intentó por un momento abstraerse de aquel bullicio incesante de carreras y voces que parloteaban- especialmente Harmony, que con su voz chillona le volvia loco.
Cerró sus sentidos, aspirando el aire con fuerza, notando la sal en el ambiente, la humedad, el frescor de la brisa marina, intentó imaginar como hubiera deseado esa noche. Él y Buffy sólos en la orilla de aquella playa solitaria, envueltos en un abrazo salado como las lágrimas, como los besos, sus cuerpos rozándose sin límite, sin nada que se interpusiera entre cada poro de su piel, el agua aún calida acariciando sus cuerpos entrelazados, enredados, las olas rompiendo suavemente mientras en la lejanía se oia un susurro, un murmullo, un cada vez mas fuerte aullido, ahhh un grito........................SPIKE, la escena murió ahí, la musica paró de golpe, la brisa, las olas, el agua, todo se desvaneció en un momento, tan bruscamente, que si su corazón aún hubiera podido latir, se hubiera parado también. Una más que enfadada Buffy le miraba sin comprender, mientras le señalaba una enorme bolsa y la nevera llena de bebidas. Esto lo llevas tu- le dijo mientras se giraba, intentando dominarse, enfadada, sin comprender porqué no colaboraba, porqué no mostraba cierto entusiasmo, porqué aún no estaba vestido.
Spike casi no pudo reprimir la sonrisa burlona que se dibujaba en su cara pensando en el bañador de marras, puso como pudo su semblante más inocente, mientras casi sin mirarla a los ojos, le comunicó que su bañador no aparecía por ningun lado- lo siento, pet, vais a tener que ir sin mi. Buffy le miró a los ojos, intentando descifrar aquella mirada entre culpable y decepcionada, que la rehuía. Podía entender sus reticencias, pero ella esperaba ese momento con ilusión, llevaba días soñando bañarse a la luz de la luna con él, no podía imaginar nada más romántico, de echo todo había sido una gran escusa para ese momento, ella no tenía la culpa de que uno tras otro se hubiran apuntado a la escapada, no había sido capaz de decirles que no. Y al final su escapada romántica habia acabado convertida en una especie de excursión de fin de curso. En aquel momento Xander asomó la cabeza, y antes de que pudiera siquiera protestar, le ofreció uno de sus bañadores, (con tanta gente era imposible tener un mínimo de intimidad)- al fin y al cabo no es la primera vez que te pones mi ropa- le dijo con una sonrisa más que burlona, mientras le tendía un bañador de esos horribles con palmeritas, largos hasta por debajo de las rodillas y de lo más hortera. Por un momento Spike se vio vestido con aquella horrible indumentaria, como aquella vez en el maldito sótano de Xander, en que la diabolica lavadora se habia confabulado para encoger su ropa al tamaño de un enano. No gracias- le contestó sin mirar aquella horrorosa prenda de colores chillones mientras intentaba no mirar a Buffy a la cara, notando sin levantar la mirada sus ojos clavados en él, calibrando si valía la pena obligarle a ponerse aquella "cosa", volvió a recordar a Darla y aquellas fatídicas vacaciones, la pelea con Angel, el bañador rasgado, la mirada triunfal del vampiro, no sabía porqué pero presentia que habia perdido esa batalla, nervioso jugueteaba con un cigarrillo sin encender mientras sus ojos escudriñaban sus polvorientas botas gastadas. Notaba su desilusión, su ojos brillantes que le miraban y no pudo resistirse más, diablos, al fin y al cabo él no era Angel.
Cruzó la habitación en dos zancadas y sin decir palabra sacó el minúsculo bañador del jarrón. Nadie dijo nada cuando salío de la habitación preparado para bajar a la playa, pero era evidente por su cara de incomodidad y vergüenza que bajo aquellos vaqueros ajustados llevaba la prueba de su derrota.
Nadie dijo nada cuando se sentó algo apartado de la hogüera, habia dejado clarisimo que no estaba dispuesto a vivir una noche de acampada. Estaba tan ensimismado mirando el oscuro horizonte, que apenas se intuía en la noche estrellada que no se percató de que ella se habia sentado a su lado, hasta que le cogio dulce pero firmemente la mano, y casi se muere cuando en un susurro le confesó que tenía guardado otro bañador por si acaso, por si se perdía - sabes, Angel me contó una vez, en un descuido, ciertas vacaciones, y lo previsora que fue entonces Darla. Bloody Hell! desde luego las mujeres son auténticos demonios en todos los casos, pensó y se dejó caer muerto de risa sobre la fria arena.
FIN
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